Tras las primeras campañas de inmunización poblacional frente al coronavirus SARS-CoV-2 iniciadas a finales de 2020, la estrategia actual de vacunación frente a la COVID-19 se dirige a proteger a la población más vulnerable de la enfermedad grave causada por el virus.

Aunque el SARS-CoV-2 no tiene un marcado carácter estacional, en general los virus respiratorios circulan más y causan más patología durante el otoño y el invierno. Por eso, en el 2023 se estableció una campaña de vacunación estacional frente a la COVID-19 a partir de finales de septiembre. La campaña organizada por la Dirección General de Salud Pública se extendió hasta el 26 de enero de 2024, y se realizó de manera conjunta con la campaña de la gripe.

Como en ocasiones anteriores, se realizó una convocatoria activa a través de SMS para facilitar la organización de la campaña y se emplearon recintos de alta capacidad en todas las áreas sanitarias que permitieron vacunar a un gran número de personas en un menor tiempo. También se ofreció la vacunación desde los centros de salud de cabecera para las personas de 80 y más años y para todas aquellas personas con problemas de movilidad. No caso de las personas internas en residencias o centros de discapacidad, la vacunación se realizó in situ nos propios centros. 

El objetivo de la vacunación frente a la COVID-19 es reducir la morbimortalidad por el virus, ya que aunque causa una infección respiratoria que suele ser leve y que se autoresuelve en pocos días, puede agravarse y ser incluso mortal, especialmente en algunos grupos de personas más vulnerables por la edad o por situaciones de inmunosupresión